Aquí Soraya comparte con nosotros su primera «receta de temporada», basada en gran parte en productos locales.
Para mí, los dulces que no son típicos de cualquier estación del año, son mis preferidos, porque aunque los puedes preparar en cualquier momento, no te apetecen hasta que llega su fecha. Como es el caso de las “Torrijas”, que siendo un postre delicioso, sencillo y de ingredientes muy económicos, parece que no saben igual si no es cerca de la Semana Santa. La historia de las Torrijas es curiosa: antiguamente se llamaban “Tostadas de parida”, ya que precisamente se preparaban para las mujeres que acababan de dar a luz para que repusieran fuerzas, ya que se trata de un dulce muy energético y fácil de digerir. Como hay una cantidad de variantes según zonas o poder adquisitivo, serían infinitas las recetas que se podrían escribir.
Con el paso del tiempo este dulce se preparaba cuando empezaba la cuaresma para poder así suplir la carencia de otros alimentos que no se podían comer durante ese periodo. Y se podían preparar de leche, con vino dulce, e incluso con agua (si no se disponía de muchos recursos). Pero no solo se preparan en España; en países como Inglaterra, Francia o Alemania, también la gente tienen sus versiones.
Para nosotros uno de los puntos básicos de esta receta es infusionar la leche, y aunque no le demos mucha importancia, es imprescindible usar buenas materias primas. Te cuento mi receta:
Ingredientes:
- 1 barra de pan para torrijas (unos 300 gr)
- 1 litro de leche (o bebida vegetal)
- 200 gr azúcar de caña
- 1 rama de canela
- Cáscara de una naranja
- Cáscara de un limón
- 2 estrellas de anís
- 1 poquito de esencia de vainilla
- 3 huevos
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Lo primero de todo poner a calentar la leche, donde incluiremos el azúcar, la canela, la naranja, el limón, la vainilla y las estrellas de anís, y lo ponemos al fuego sin dejar que rompa a hervir, lo apagamos y lo dejamos hasta que pierda calor. A mí me gusta dejarlo bastante rato, para que así la leche se impregne de todos los productos que hemos incluido. Hemos utilizado cítricos ecológicos, y nuestras especias.
Se pueden ir preparando las rebanadas de pan y colocándolas en una fuente. A mí me gustan las torrijas gorditas, por lo que siempre las corto más anchas de lo habitual. Hemos elegido un pan artesanal abulense. Cuando la infusión de leche ya se ha enfriado lo vertemos por encima de las rebanadas de pan, volteándolas de poco en poco para que se vayan humedeciendo uniformemente, sobre todo por las zonas de la corteza. Se pueden manipular bien al ser más anchas. Cuando las veamos bien impregnadas, batimos en un bol ancho los huevos, y pasamos cada rebanada (lo más escurrida posible, sin apretar) por el huevo batido y lo ponemos en el aceite bien caliente, cuando veamos que va cogiendo color le damos la vuelta, y así repetimos hasta acabar nuestras rebanadas. Cuando las sacamos del aceite es conveniente posarlas sobre un plato con papel absorbente para intentar quitar el exceso de aceite.
Y ya una vez fritas y pasadas por el papel, hay muchas opciones para darles un acabado. A mi particularmente no me gusta hacerles nada más, pero se podría hacer una mezcla de azúcar de caña con canela y pasar las torrijas por ella, o quizás añadirle un poquito de miel artesana por encima, o incluso si lo prefieres preparar una crema pastelera o chocolate fundido para cubrir la parte de arriba. Infinitas posibilidades para todos los paladares. Y para acompañar estas torrijas podríamos preparar una limonada casera con un vino Garnacha de nuestra zona.
Ávila, 9 de Abril de 2019. El Colmado de Soraya.