Sobrecarga de la Tierra

Publicado por

Lena Pettersson

El 2 de agosto fue el «día de la sobrecarga de la Tierra», el día que la humanidad había «agotado el presupuesto ecológico» de este año. Quiere decir que habíamos ya consumido los recursos que se pueden regenerar en un año, a la vez que habíamos generado ya todos los residuos que el planeta es capaz de asimilar.

Aunque pensando en todos los vertederos rebosantes, la contaminación de suelos, agua y aire, y los omnipresentes plásticos, el análisis probablemente es muy optimista. Creo que sólo mide la emisión del CO2.

En el caso de España, ya habíamos pasado los límites el 12 de mayo.

https://www.overshootday.org/newsroom/country-overshoot-days/

También se llama le llama «el día de la deuda ecológico». Sin embargo, no parece que mucha gente se alarme por esta situación. Una deuda…Seguramente la humanidad, con toda su inteligencia y tecnología, encontrará la manera de devolver la deuda. ¿Quizá clonando la tierra, copiándola en 3D?

Pero no se trata de ninguna deuda que se pueda devolver luego, sino la destrucción de la base de nuestra existencia. ¿Por qué nos cuesta tanto entender esto? ¿Por qué no nos ponemos en serio a restaurar los ecosistemas, a producir alimentos sin degradar la tierra, a reducir el uso de energía y materiales, a «desglobalizar» la producción y el consumo material, a frenar el crecimiento de la población, a fomentar actividades que no suponen tanta carga y que tal vez nos hagan más felices?

Tras leer la noticia del «día de la sobrecarga», volví a escuchar una charla de William E. Rees (co-creador del índice de la Huella Ecológica), «The Enigma of Human Inaction».

https://www.youtube.com/watch?v=WDWhjSUu8UY

Según Rees, no vemos la realidad directamente, sino a través de unas «lentes conceptuales». Y las lentes que predominan hoy en día – y que determinan la organización de la sociedad- son las de la economía neoliberal.

Como ayuda para saber cómo actuar, y hacia dónde dirigirnos, estas constituyen un «pésimo mapa» – porque «no contienen ninguna información útil sobre los sistemas ecológicos y sociales con los que la economía interactúa en el mundo real«.

Basta leer cualquier artículo sobre economía para comprobar que este es el caso, con poquísimas excepciones.

La economía se presenta como desconectada de prácticamente todo fuera de si misma, y es un especie de «pensamiento mágico«, que en lugar de basarse en datos, se basa en la fe de que «la ingeniosidad humana (es decir, la tecnología) pueda crear un substituto a cualquier recurso potencialmente limitante» , y así el crecimiento económico podrá continuar indefinidamente.

Necesitamos mejores lentes, necesitamos el valor de elegir la «verdad inconveniente«, en lugar de la «mentira reconfortante«. Necesitamos entender que «mientras sigamos con los limites de la Tierra sobrepasados, una producción y consumo SOSTENIBLES significa producir y consumir MENOS. » …Y una sociedad más justa.

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