Lena Pettersson
Hace unos días, uno de nuestros lectores nos escribió para contarnos que se va de Ávila para instalarse en Cadiz, ya que allí no sufre los problemas de su alergia al polen de los olivos. Nos envió también un documento con información sobre una de las varias causas del aumento de las alergias, que al menos yo no había oído antes.
El documento cita al doctor Joaquín Sastre, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), quien explica que la contaminación del aire causan un estrés en las plantas, que hace sus pólenes más agresivos: “Las partículas de emisión diésel producidas por los vehículos y las calefacciones crean un ambiente hostil y las plantas presentan proteínas diferentes a los pólenes de zonas no contaminadas, más agresivas”.
En los últimos años hemos también podido leer varios artículos que llaman la atención sobre los peligros de un exceso de higiene, que hace que nuestro sistema inmunológico no tiene la posibilidad de desarrollar sus defensas:
«Con una higiene normal en casa, cuerpo, y alimentos el niño antes o después entrará en contacto con microorganismos que ayudarán a sus sistema inmune a desarrollar respuestas. En un ambiente de exceso de higiene, se entra en contacto con más tarde y con menos microorganismos, así que nuestro sistema inmunológico puede desarrollar respuestas inadecuadas ante sustancias a las que no tendría por qué reaccionar como un alimento o el polen.
Hace décadas los niños se exponían a bacterias de plantas o animales de granja (sobre todo en zonas rurales). Hoy en las ciudades vivimos en entornos más protegidos a las bacterias pero esto también ha debilitado nuestro sistema inmunológico. Por ejemplo se saben que los niños que tienen un contacto regular con animales de granja tienen una menor incidencia de alergia. La hipótesis de la higiene parece ser un factor importante en el aumento de casos en países industrializados.»
https://blogmedicina.com/por-que-aumentan-las-alergias/
Otro factor, sobre el que se habla sorprendentemente poco, es el uso masivo de diferentes biocidas tanto en agricultura y ganadería como en jardines, casas y y en los cuidados de mascotas. Según la organización Beyond Pesticides, varios de los más empleados herbicidas e insecticidas pueden causar daños al sistema respiratorio. Por ejemplo:
- Glifosato, y los ingredientes con los que se combina en Round-up y otros herbicidas.
- 2,4-D, o Clorofenoxi, herbicida muy común para eliminar las hierbas no deseadas en céspedes. En la UE está autorizado su uso, aunque en Noruega, Dinamarca y Suecias está prohibido. En muchos productos está combinado con Dicamba, otro irritante del sistema respiratorio.
- Pelitre, un insecticida natural hecha a partir de extractos de una planta, que puede causar alergias y asma, y Piretrinas.
- Piretroides sintéticos (versiones quimicas formuladas del pelitre, más tóxicas y que duran más) como Permetrina y Cipermetrina, insecticidas de uso muy extendido.
- Organofosforados como Clorpirifós, el plaguicida más frecuentemente detectado en los alimentos españoles, y el Malatión. Son neurotóxicos, y pueden tener repercusiones respiratorios tanto a corto como a largo plazo.
Más información en el dossier «El asma, los niños y los pesticidas»:
https://www.beyondpesticides.org/assets/…/spanish_asthma_cited.pdf